Reflexiono sobre la felicidad y el camino que me trajo hasta ella. Camino bifurcado en el que tomar decisiones que marcarían el resto del camino para como Heraclito dijo, no volver a transitar nunca por el mismo sitio dos veces. He hecho muchas promesas banales que no siempre cumplí ,pero realicé dos, una a mi madre y otra a mi padre que sí he cumplido, aunque ninguno ha podido ver cumplida la suya. Estas dos promesas me han convertido en un hombre feliz y pleno. No sé si hubiera podido llegar a este lugar por otro camino, sin vivir tanto sufrimiento; quizá hubiera tenido que vivir otros infiernos. Son disquisiciones inútiles ,porque soy lo que soy y estoy donde estoy por todo lo anteriormente vivido. Ya he aprendido a vivir con su soledad, y me divierto viendo jugar a mi alrededor a las que heredarán mis sueños e ilusiones . Pienso en todo esto, en las promesas cumplidas, con un ruido rítmico de fondo, que va y viene, viene y va, con el olor a salitre y la humedad impregnando mi piel.