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Mostrando entradas de abril, 2015

Juntos eternamente

Sentada en el sofá, con la mirada perdida en unos recuerdos que ya no podía recordar, él la observaba sentado frente a ella, esperando descubrir un brillo de lucidez en esos ojos que en otro tiempo eran cascabeles hechizadores. Con la ternura que se dispensa a los recién nacidos le apartaba el cabello de la frente, para acariciarla la mejilla. Tan solo unos meses antes, aún recobraba momentaneamente la razón para preguntarle entre lágrimas qué le estaba pasando, para instantes después gritarle acobardada "¿Quién es usted? ¿Por qué me tiene aquí ? Quiero que me lleve con mi madre" Ésta que ahora dormitaba ajena a su vida en el sofá no era ya la mujer con la que construyó castillos en la arena de la playa soñando con ir a vivir junto a ella a orillas del mar. Ésta ya no era la mujer con la que corrió por praderas llenas de margaritas, dejándose alcanzar para que ella le abrazara por la cintura, le derribara y le amara bajo el canto de jilgueros y la luz del sol de verano. É

Libro libre

Crecí entre libros. En mi casa no sobraba de nada, pero nunca faltaba un libro. No había cumpleaños, Navidad o Reyes que no hubiera uno de regalo. Recuerdo alguno de mis primeros libros, regalo de Comunión, y que aun conservo como un gran recuerdo: eran de una colección cuyo protagonista era un niño llamado Oscar. Cada vez que terminaba un libro juvenil, le preguntaba a mis padres si ya podía leerme uno de los del salón. Me contestaban casi siempre "aún no". Hasta que llegó un día en que mi padre me dijo "anda, prueba con este". Su título "El Otro árbol de Gernika "  de Luis de Castresana, sobre los niños vascos exiliados durante la Guerra Civil. Inolvidable. No concibo la vida sin libros; de hecho, no hay momento más emocionante que el de entrar en una librería y sentirme rodeado de ellos. Puedo sentir su presencia, las voces de sus palabras llamándome; en ocasiones me acerco a un estante, y acaricio sus lomos, paso sus hojas únicamente para percibir el

Aquella última semana

Yo ya no estaba allí cuando todo terminó.La semana más larga de mi vida, el velatorio en vida más cruel que se puede imaginar.Ya no estaba allí el que había sido hasta entonces, el que tenía un padre a quien llamar, el que tenía un padre que me mantenía al día de resultados y noticias. ya no estaba allí el niño que había jugado al fútbol con su padre siempre en la grada o en el banquillo. Ya no estaba allí el joven que empezó sus estudios universitarios, ni el que acudió a un hospital a decirle que por fin era veterinario. Ya no estaba allí el hombre que salió un día de casa para casarse y ser feliz. " Tenemos que esperar a que vuelva a tener otra hemorragia esofágica, y en ese momento le sedaremos". Esperar. Saber que se va a morir irremediablemente , y esperar. Una última semana para despedirme de mis anteriores treinta y seis años, para decirle adiós al que un día enamoró a una niña bien de Plaza de España para darme la vida. Una semana haciendo como que no pasa nada

Instrucciones para mi velatorio ( por si llego tarde )

Y es que conociéndome como me conozco, es muy probable que llegue con retraso a mi propio funeral. Por eso os doy unas pautas para que vayáis haciendo mientras llego. Lo primero de todo, me gustaría que no fuerais; os aseguro que no os lo voy a tener en cuenta, no os dedicaré ningún reproche.Pero como sé que no me haréis ni caso, me gustaría que fuera un funeral a la irlandesa. Nada de velar al muerto; reuniros en casa, bebed cervezas, raciones de quesos, muchas variedades de quesos, y besaros, amaros, reíros con mi recuerdo. Os quedará la vida, esa que ya no tendré, y no quiero que desperdicieis ni un minuto en lamentaciones. Hubo un tiempo que pensaba en dejar dicho que hacer con este cuerpo que aun hoy respira, pero bien mirado, ahora me da un poco igual. Dejo a vuestra elección que hacer con él, hasta podeis llamar a un sacerdote si eso os reconforta. Eso sí, a pesar de lo dicho, sí me gustaría que me cubrierais con una bandera como último homenaje; pero claro , ¿cual ? Pues po

Hoy

Hoy nos cogimos de la mano para cruzar la calle. Salí a mi patio y admiré las flores de mi manzano Hoy me sorprendí al ver las abejas recolectar su polen La miré sin que ella me viera Hoy dejé que el agua de la lluvia mojara mi cuerpo Fuimos a buscarlas a la salida del colegio Hoy llamé a un amigo que alegró mi corazón Diagnostiqué una fractura de metacarpiano Hoy el día fue normal Hoy viví. Fui feliz.