No temáis a la izquierda.
El socialismo, en tanto que humanismo, busca colocar al ser humano en en el centro de su acción política. Lo primero , las personas, su desarrollo intelectual, cultural, económico, es decir, su desarrollo como personas plenas.
No temáis al socialismo.
Éste no busca repartir la pobreza, ni colectivizar la precariedad.
Busca lo contrario. El desarrollo social para que cada persona encuentre su espacio para el desarrollo personal.
No temáis a la izquierda. Sólo busca que a nadie le falte mientras a muchos le sobra. No quiere que todos los hombres y mujeres sean ricos económicamente: eso se lo dejamos a los pobres de espíritu. Solo quiere que el ser humano disfrute la vida sin tener que estar mirando si nos llegará para comer mañana, sin tener que ver como llegan cadáveres a las costas de la opulencia, mientras cazamos pokemon por las calles del capitalismo sin rostro humano.
No temáis a la izquierda, compatriotas socialistas, ni oigáis los cantos de sirena que llegan del parqué bursátil o de los que giraron por distintas puertas. Sentido de Estado no es apoyar a quien utiliza este Estado en beneficio propio. Sentido de Estado es luchar por una sociedad justa, enfrentándose a quien haga falta, con valentía, arrojo, utopía e ilusión. Sentido de Estado es dar voz a quien no la tiene, es salir a la calle a compartirla con quien ya no tiene ni derechos.
No temáis al socialismo. Temed a los que solo miran por sus intereses.
Decidió visitar, un tórrido día de agosto , el que fue su barrio de infancia y juventud. Acudió para recordar aquellos parques en los que aprendió a jugar, aquellos bancos donde besó por primera vez. Iba con la intención de recuperar olores, colores, sabores, sensaciones. Las tiendas, los bares, la farmacia, los columpios, la cancha multiusos. Así, observó desde la calle las ventanas de las dos casas que habitó en aquel barrio. De una de las casas sintió salir a su madre una mañana para no volverla a ver jamás. De la otra, sacaron entre su hermana y él a su padre moribundo para acompañarle en su postrero viaje. Hay un lugar estratégico en el aparcamiento de la calle desde el que se pueden ver las dos casas. Pero a los barrios les ocurre como a las personas; no todas envejecen igual. Y tuvo la certeza de que no se trataba de una sensación trasmitida por la canícula. No. Al barrio le faltaba vida. Y eso se palpa. Eso vio en la transformación de las tiendas de alimentación y de los bar
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