Hijo de mujer,hermano de mujer, esposo de mujer, padre de mujeres; el único nieto entre siete nietas, criado a la falda de mis abuelas, fui creciendo siempre en un ambiente femenino. Así he conocido la tenacidad de las mujeres, la inteligencia de las mujeres, la ternura de las mujeres. Así he sabido de su entrega, de su capacidad, de su vitalidad. El mundo hoy sería otro si en vez de El Mundo, fuera La Tierra, la madre Tierra. La Historia del siglo XXI tiene que escribirse con letra de mujer, o no se escribirá ya ninguna historia. El futuro es vuestro, yo quiero luchar junto a vosotras.
Decidió visitar, un tórrido día de agosto , el que fue su barrio de infancia y juventud. Acudió para recordar aquellos parques en los que aprendió a jugar, aquellos bancos donde besó por primera vez. Iba con la intención de recuperar olores, colores, sabores, sensaciones. Las tiendas, los bares, la farmacia, los columpios, la cancha multiusos. Así, observó desde la calle las ventanas de las dos casas que habitó en aquel barrio. De una de las casas sintió salir a su madre una mañana para no volverla a ver jamás. De la otra, sacaron entre su hermana y él a su padre moribundo para acompañarle en su postrero viaje. Hay un lugar estratégico en el aparcamiento de la calle desde el que se pueden ver las dos casas. Pero a los barrios les ocurre como a las personas; no todas envejecen igual. Y tuvo la certeza de que no se trataba de una sensación trasmitida por la canícula. No. Al barrio le faltaba vida. Y eso se palpa. Eso vio en la transformación de las tiendas de alimentación y de los bar
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